miércoles, 27 de abril de 2011
Jóvenes del Presente saluda a los Cros/as trajadores/as al cumplirse 32 años de la Primer Huelga Sindical a la dictadura militar
Nota del Cro. Ministro de Economia de la Nación "Carlos Tomada"
Los archivos del horror no dejaron espacio para confirmar algunos datos. Pero la historia dice que entre 1976 y 1983 se destruyeron cerca de 50 mil empresas pequeñas y medianas y más de 700 mil puestos de trabajo. La industria dejó de tener incentivos. Las fábricas se cerraron. Plantear la distribución del ingreso era subversivo. Por eso, muchísimos de los 30 mil desaparecidos fueron trabajadores.
Hay fechas signadas por la oscuridad. El 24 de marzo del ’76 posiblemente sea la más negra. Fue el día en el que el terror de Estado se institucionalizó para socavar los cimientos de nuestra sociedad. De nuestro país. En donde se puso en marcha un plan que apuntó –sin dudas– a enterrar los valores que las clases populares atesoraron siempre como propios. Con un accionar basado en el horror, la dictadura atravesó el tejido social de la Nación. Golpeó sobre hombres y mujeres. Adultos, jóvenes y niños. Se apropió de recién nacidos e impunemente de la vida de miles de trabajadores, miles de estudiantes, miles de profesionales.Nada de esto fue casual. El proyecto económico de la dictadura tenía un objetivo que era la concentración. Entonces era necesario destruir todo lo que se le interponía.En esta lógica, las fuerzas del trabajo y las empresas medianas y pequeñas resultaron sus destinatarios preferidos. Tampoco esto fue casual, ya que estos sectores sociales eran y son los motores de una distribución amplia y equitativa y los pilares históricos en los cuales el peronismo sostiene su doctrina de Justicia Social. El Proceso desmanteló las organizaciones gremiales. Intervino a la CGT. Prohibió toda forma de protesta y eliminó el derecho a huelga. Intensificó la persecución de dirigentes sindicales, delegados de base y trabajadores. Los archivos del horror no dejaron espacio para confirmar algunos datos. Pero la historia dice que entre 1976 y 1983 se destruyeron cerca de 50 mil empresas pequeñas y medianas y más de 700 mil puestos de trabajo. La industria dejó de tener incentivos. Las fábricas se cerraron. Plantear la distribución del ingreso era subversivo. Por eso, muchísimos de los 30 mil desaparecidos fueron trabajadores. La desindustrialización orquestada dio paso al desempleo. Un desempleo que parecía haber llegado para quedarse. La economía dejó de ser de producción y pasó a ser solamente de especulación. Trabajar era difícil. Actualizar salarios, peor. Las condiciones de trabajo no se podían discutir. Los derechos laborales eran una utopía.LA RESISTENCIA OBRERA COMO RECUERDO Y HOMENAJE. Cómo no recordar y homenajear, entonces, a quienes protagonizaron la resistencia obrera. A los que fueron perseguidos, encarcelados, torturados y desaparecidos. Y en los nombres de Oscar Smith y de Jorge Di Pascuale rendir tributo a los miles de trabajadores que ya no están. Que dejaron sus vidas por defender la dignidad del trabajo. La libertad para expresarse. Y las conquistas sociales obtenidas en luchas anteriores.Cómo no recordar y homenajear a la Comisión de los 25, que el 27 de abril de 1979 se plantó frente a la dictadura con la Primera Huelga General Nacional. O a la movilización del 7 de noviembre de 1981 hacia San Cayetano. Cómo no emocionarse al recordar el 30 de marzo de 1982: con la consigna “Paz, Pan y Trabajo”, 50 mil trabajadores llegaron hasta la Plaza de Mayo en una auténtica demostración de descontento popular.Miles de detenidos en Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Tucumán, Córdoba y Mar del Plata. Dalmiro Flores, obrero mecánico, y José Benedicto Ortiz, trabajador textil, perdieron su vida en la represión desatada frente a la protesta.El patrón económico instalado por la dictadura no resultó fácil de desarmar. Un espíritu antisindical permaneció arraigado más allá de la democracia en acción. Algunos gobiernos, en especial en la década de los ’90, profundizaron sus características y sus efectos. Los trabajadores argentinos volvieron a enfrentarse con un modelo neoliberal que producía más desocupación, menos salarios y una concentración económica más intensa, aun que la provocada por los militares. Así estalló 2001, se padeció 2002, y a partir de 2003 volvió la esperanza. Una esperanza que nació en el discurso inaugural del gobierno de Néstor Kirchner. Que se prolonga en la actual presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Con una política de Derechos Humanos con Memoria y Justicia.Hoy hay una nueva matriz económica y social en nuestro país. En la cual el trabajo y los trabajadores son protagonistas. Actores sociales principales. Propulsores de un crecimiento tan inédito como inclusivo. En el que el capital, la producción y el trabajo recorren el mismo camino. Con empleos y derechos sociales. Con trabajo decente y digno hacia un país más igualitario, que eran las banderas de la resistencia obrera que estamos recordando y homenajeando.
http://tiempo.elargentino.com/notas/las-banderas-de-resistencia-obrera-dictadura-son-nuestras-banderas
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