30/01/10
Evita la exposición al sol en las horas centrales del día (entre las 12 y las 16 h).
Utiliza barreras físicas para que el sol no llegue a la piel: sombrillas, sombreros anchos para proteger también el cuello y las orejas, camisetas, etc
Aplícate un protector solar con filtros de protección UVA y UVB adecuado a tu piel (se sugiere consultar a un medico dermatólogo), en la cantidad adecuada, antes de salir de casa, sobre la piel bien seca y 30 minutos antes de exponerte al sol, y después de cada baño o cada 2 horas.
Usa anteojos de sol que absorban el 100% de las radiaciones ultravioleta.
Debes protegerte exactamente igual los días nublados o bajo una sombrilla.
Las camas solares bronceadoras no protegen de las radiaciones solares y son igualmente perjudiciales para la piel y los ojos. No se aconseja su uso en niños y adolescentes.
Beber abundante agua para evitar la deshidratación.
En el caso de los niños hay que ser especialmente cuidadoso: Aunque la luz solar es beneficiosa para su desarrollo, si el niño tiene menos de 3 años debes evitar su exposición directa al sol. En niños mayores y adolescentes, es necesario seguir las medidas previamente recomendadas y enseñarles a protegerse de las radiaciones solares a medida que van creciendo y se hacen independientes.
Cuanto más sensible sea tu piel a los rayos solares, mayor tiene que ser el filtro o factor de protección solar (FPS) que utilices.
Consulta a tu dermatólogo si padeces de alguna lesión o mancha en la piel, especialmente si es diferente a otras que ya tengas, o cambios en un lunar que ya tenías.
Nahuel Alejandro Hidalgo
Jóvenes del Presente
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