Históricamente en el mundo se vive una lucha
ideológica por la hegemonía de las naciones, para tratar de analizar
este fenómeno que se eterniza en el tiempo debemos definir de manera
rápida, práctica y popular para que todos entiendan cuales son las tres posturas predominantes en el mundo.
Tenemos la izquierda,
encarnada y representada por muchos movimientos de liberación
revolucionarios y otros grupos que están más orientados dentro del
anarquismo y de otras corrientes de izquierdas raras o funcionales a las
derechas. Por otro lado están las derechas, que son representadas por
movimientos políticos sectarios que a veces se escudan en decir que son
participativos. La tercera posición asumida dentro de la política es la
de centro, que no se define ni como derecha ni como izquierda, que no
toma el compromiso de hacer una revolución y que tampoco asume que su
tendencia es hacia la derecha. Increíblemente también aparecen los
monopolios mediáticos entre estas vertientes políticas, que terminan
siendo el brazo informativo tanto de las derechas, centros como
izquierdas. Mayormente los monopolios basan el crecimiento económico en
la financiación que los partidos políticos pueden darles a estos.
Creo
que es más que interesante ver las experiencias políticas en nuestra
historia, analizar no solo nuestra historia sino la de los países
hermanos, ahí encontraremos que la mayoría de los presidentes que
revolucionaron la historia y pusieron los servicios y los recursos
naturales al servicio del pueblo tienen en común un enemigo histórico,
que es la derecha, que fue siempre el brazo de apoyo de los planes que
desde el norte de nuestra América gestaron golpes de estado que
terminaron poniendo la economía, los servicios y los recursos naturales
al servicio de las corporaciones extranjeras. En medio de esto emergen
aquellos que no son ni de izquierda, ni de derecha, cómplices desde el
silencio y operan en las sombras.
Creo que no soy un crítico neutro,
porque me identifico con el movimiento nacional peronista, que si bien
muchos dicen que no era ni de derecha, ni de izquierda, ni socialista,
ni marxista, era un movimiento que albergaba dentro de sus filas
compañeras y compañeros que venían desde todas las corrientes
ideológicas. De todos modos y para que no queden dudas voy a expresar mi
profunda admiración por el socialismo, y mi orientación ideológica
siempre estuvo más cercana a la izquierda.
Pero creo y de esto estoy
convencido, que por más izquierda, centro o derecha que se proclame, si
no existe amor, solidaridad y lucha por la justicia social cualquier
ideología política sin importar de que orientación sea es una doctrina
inútil.
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