miércoles, 20 de febrero de 2013

El fantasma de los 90


Lo que ayer era una fábrica en la cual trabajaban cientos de trabajadores que alimentaban a sus familias hoy se convirtió en un nuevo negocio inmobiliario en Quilmes. Esta vez, la victima del desguace fue Quilmes, y le toco correr a Rhodia la misma suerte que corrieron miles de industrias en Argentina durante la década del 90.

Si bien existe en nuestro país una política estratégica de desarrollo industrial como método para impulsar la economía interna. En Quilmes parece que este mensaje no lo están entendiendo, y en vez de tomar la posta y salir a abrir aquellas fabricas que fueron cerrando durante la etapa neoliberal que nos toco padecer a los argentinos se esta abalando negocios inmobiliarios donde ayer se trabajaba. Remplazando así una fuente de trabajo de cientos de familias por el negocio de unos pocos. Esta es la misma lógica que se aplica en los países de ultraderecha, donde se pierde el empleo o se precariza y lo que ayer eran grandes fabricas hoy son grandes cementerios o grandes negocios inmobiliarios.

La discusión que se escucha cada día es el destino de estos nuevos barrios que surgieron en Av. Mitre entre Dorrego y Zola, donde ayer funcionaba la ex Rhodia. Esta discusión se basa en dos puntos, por un lado el de los ambientalistas y vecinos que temen por la contaminación ambiental y por el otro el de los que llevan adelante el negocio inmobiliario. Son varios los políticos que en Quilmes están de un lado y del otro. ¿Pero del lado de los trabajadores? En cualquier ciudad con sentido común y un poco de lógica se entiende que la base de un desarrollo sustentable es el pleno empleo y que tus vecinos trabajen en el propio distrito. Pero bueno, aparentemente esto el intendente no lo entiende, tampoco lo entienden los concejales. Me indigna cada fábrica que desaparece, porque con ella se pierde el sueño de miles de familias y el futuro de la industria nacional.

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