martes, 12 de febrero de 2013

Mujer Palestina


Algunos sueños te abrazan y te brindan esa fuerza que habías perdido. Una sonrisa te devuelve esa tranquilidad que te habían robado. ¿Se podrá cubrir la mujer de sueños? Seria probable que el dulce movimiento de sus parpados provoque un vendaval de emociones. Ver ese caminar es un milagro como también lo es su vida.

Quiero escuchar sus latidos, alcanzarle una porción de trigo no contaminado y alejarla de esos aromas a muerte. Ver sus lágrimas de sangre me hace dudar, ¿Existirá amor en el corazón de estos hombres? Es ahí cuando mi cuerpo se conmueve y no encuentra un sentido común que despierte a la cordura.
Sin entender el mundo en el que vivo trato de hacer descansar un rato a mi alma. Es la que esta angustiada viendo las huellas de lo que ayer fue un hermoso jardín en el paraíso terrenal que Dios había plantado. ¿Serán estas las puertas del Armagedón? Ella duerme para siempre y se convierte en un ángel que raramente podrá volver a recuperar lo que la furia imperialista le ha quitado.
Noche lluviosa y de truenos artificiales y naturales, la falta de sol en esta situación es como la falta de latidos en el corazón humano. Es la puerta que faltaba para ver el infierno en estas tierras. Sombras que deslizan en silencio hacia cada ser que intenta sobrevivir. Es la espera de lo incierto y lo desconocido. 
Soy un extraño y mis recuerdos ya no quieren existir, quiero bajar hasta el subsuelo de esta patria y rescatar a la reina de la paz. Hagan ruido para que los niños puedan dormir. Ellos necesitan del estruendo para poder aclimatarse a su realidad. Nace un árbol entre tantos escombros, allí están sus brazos que buscan el sol, golpeando fuertemente con el grito de su voz desesperada las puertas del cielo.
 
Las margaritas ya no crecen en el invierno que creo el hombre, se marcha hasta la paloma de la paz buscando un refugio para sus lagrimas. La duda ya no pasa por creer o no creer, la duda pasa por si esta noche sobreviran al asedio de los misiles. No existe despedida en estos tiempos, no existe bienvenida, solo existe un llanto que intercede por sus sonrisas.
Voy a recorrer las calles donde quedan medios edificios, tratare de sentarme donde ayer ella tomaba su café. Caminare hacia los juegos donde ella hamaco a sus hijos. Mirare hacia el sol en la primera luz que encuentre. Te amo mujer, a ti que eres mi prójimo y que muchos te tienen como enemigo. Te amo mujer, a ti que sueñas ser libre desde la más profunda conmovida palestina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario